miércoles, 18 de agosto de 2021

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martes, 12 de marzo de 2019

Cuando la Vida tiene un sentido!!!

Hoy no funcionaba internet ni en casa, ni en la oficina. Hoy toca ese inconveniente. Otro día fue la enfermedad de mi madre. Otro día una decepción con la conducta de X persona. Y así cada uno de nuestros días la Vida te presenta algo que no esperas. Algo que puedes valorar en positivo o en negativo. ¿O quizás se trata de no hacer valoración alguna?

Nuestras emociones nos conducen a estados de plenitud pero también de carencia. Eso ya lo sabemos. Ahora bien, ¿cuál es la causa? La causa es que nosotros hacemos unos planes para la vida que unas veces se cumplen y, otras veces, la Vida tiene sus propios planes. Es decir, hay algo que está más allá de lo emocional, más allá de lo racional.

La Vida que nos trae aquí, dado que no existe prueba de que nadie solicitase nacer, ni de que se crease a sí mismo, es la responsable de todo lo que ocurre, también es la responsable de que el ser humano tenga conciencia y se tenga que hacer a su vez responsable de su propia vida. Al tomar verdadera conciencia de nuestro Valor, caemos en la cuenta de que es un Valor prestado, a través del cuál se expresa la Vida. Por lo tanto, el aprecio del Valor no es posible sin el aprecio de la Vida de donde procede aquel. Así que amarse a uno mismo implica amar la Vida de la que venimos. Y amar la Vida implica amar a los hijos de la Vida, que son nuestros semejantes, que son los animales, las plantas, el medio ambiente, todo lo generado. Si fuésemos capaces de entender esto, el egoísmo decaería definitivamente. Así que cuando sucede un hecho, el que sea, lo aceptamos y nos ponemos en acción para proteger nuestra vida y para vivir conectados a nuestro Valor. Así que cuando otra persona realiza una acción, la que sea, lo aceptamos y a su vez nosotros respondemos desde el Valor, protegiendo nuestra vida y actuando desde el Valor. Porque en el Valor no existe el conflicto, ni el odio, ni la envidia, ni la competitividad. El Valor implica reconocer las diferencias para sumar. Y desde ahí, las emociones se alinean para mantener un estado de plenitud permanente.

Una vez que hemos comprendido todo esto, libres del ego, libres del miedo y la culpa, podemos vivir desde la paz, la alegría y la libertad, sumando con nuestros semejantes. Y así, cada día puedo dedicarme al desarrollo del conocimiento en conexión con mi Misión de Vida. Todos los días puedo levantarme con un sentido de vida, absolutamente motivado para explorar mis límites, para dar todo el fruto que he venido a dar y aprendiendo desde la verdad.

miércoles, 3 de octubre de 2018

La Vida manda


Hoy no funcionaba internet ni en casa, ni en la oficina. Hoy toca ese inconveniente. Otro día fue la enfermedad de mi madre. Otro día una decepción con la conducta de X persona. Y así cada uno de nuestros días la Vida te presenta algo que no esperas. Algo que puedes valorar en positivo o en negativo. O ¿quizás se trata de no hacer valoración alguna?

Nuestras emociones nos conducen a estados de plenitud pero también de decrepitud. Eso ya lo sabemos. Ahora bien, ¿cuál es la causa? La causa es que nosotros hacemos unos planes para la vida que unas veces se cumplen y, otras veces, la Vida tiene sus propios planes. Es decir, hay algo que está más allá de lo emocional, más allá de lo racional.

La Vida que nos trae aquí, dado que nadie solicitó nacer, es la responsable de todo lo que ocurre, también es la responsable de que el ser humano tenga conciencia y se tenga que hacer a su vez responsable de su propia vida. Al tomar verdadera conciencia de nuestro Valor, caemos en la cuenta de que es un Valor prestado, a través del cuál se expresa la Vida. Luego el aprecio del Valor no es posible sin el aprecio de la Vida de donde procede aquel. Así que amarse a uno mismo implica amar la Vida de la que venimos. Y amar la Vida implica amar a los hijos de la Vida, que son nuestros semejantes, que son los animales, las plantas, el medio ambiente, todo lo generado. Si fuésemos capaces de entender esto, el egoísmo decaería definitivamente. Así que cuando sucede un hecho, el que sea, lo aceptamos y nos ponemos en acción para proteger nuestra vida y para vivir conectados a nuestro Valor. Así que cuando otra persona realiza una acción, la que sea, lo aceptamos y a su vez nosotros respondemos desde el Valor, protegiendo nuestra vida y actuando desde el Valor. Porque en el Valor no existe el conflicto, ni el odio, ni la envidia, ni la competitividad. El Valor implica reconocer las diferencias para sumar. Y desde ahí, las emociones se alinean para mantener un estado de plenitud permanente.


lunes, 27 de agosto de 2018

COMENZAMOS EL CURSO 2018-2019


Comienza una nueva etapa en la trayectoria de Salva Gálvez que está marcada por el factor internacional. Destinos como República Dominicana, Colombia o México son ya referentes que se hacen estables. Para este nuevo curso tendremos viajes a esos tres países para:

- Trabajar mediante talleres prácticos el liderazgo de los altos directivos de grandes empresas.
- Realizar sesiones de Coaching ejecutivo.
- Impartir Certificaciones de PNL y Coaching centrados en el Valor
- Firmar Convenios con Universidades. En proyecto para noviembre 2018 firmar Convenio de Colaboración con la Universidad Autónoma de Sinaloa.

Definiéndose paulatinamente y en la evolución correcta mi propia Misión personal y profesional a la vez que se va desarrollando el propio modelo. Ahora hablamos de PROCESOS CENTRADOS EN EL VALOR (modelo 7 Fortalezas).

Todo es cambiante a la vez que es preciso mantener un equilibrio para avanzar con seguridad.

En la Universidad de Murcia comenzaremos un nuevo Curso Especialista Universitario de Coaching Profesional para dar seriedad y profesionalidad a estos estudios y con excelentes docentes. No dudes en inscribirte, solicita INFO en ecorem@gmail.com

Ya estamos en marcha. Vamos!!!!

lunes, 14 de mayo de 2018

Dar demasiado!!!

¿En alguna ocasión has tenido la sensación de que has dado demasiado? No ya más de lo que te pagan, no ya más de lo debido, no ya más de lo que podías aguantar, sino que has dado hasta la desesperación, esperando ser querido, esperando ser reconocido, esperando que por el hecho de dar atesoraras más méritos de los que ya tienes. La sensación de haber entregado y derrochado todas tus fuerzas en el trabajo, la sensación de haber sostenido y cargado con todo, en la familia, en algún grupo o asociación o con una pareja o amigo; la sensación de ser invisible a pesar de todo lo que te esforzarte en dar a otros, la sensación de que muy pocos son conscientes de todo cuanto hiciste por ellos y por el mundo mundial. La sensación de ser ignorado, olvidado... y que tan sólo unos pocos, muy pocos, son conscientes de que tú estás siendo la fuente de dar todo lo que tienes para satisfacer las necesidades ajenas. La sensación de que la fuente se seca y no hay retorno de todo lo que derrochaste en tu entrega a la humanidad. La sensación de la soledad total a pesar de que tú has sido entrega total.

Si ese es tu caso, el problema no esta en dar, probablemente el problema está en darte. Antes de dar a los demás has de darte a ti mismo. Y como no te das a ti mismo antes, tu fuente acaba secándose. Nadie ve en ti la persona que se respeta a si misma, por eso toman de ti y se van. Y probablemente se van a compartir vida y momentos con otras personas que no les dan tanto. Simplemente es eso lo que sucede.

Y ahora te hago tres preguntas para tu reflexión:

1) ¿Serías capaz de cortar el chorro de dar mientras que no hagas una reflexión serena acerca de qué no te estás dando y de qué te estás privando?

2) ¿Serías capaz de decidir tres cosas que te vas a dar a ti mismo en las próximas dos semanas?

3) ¿Qué cambio radical vas a realizar ya para poner el equilibrio sano entre lo que das a otros y lo que te das a ti mismo?

Espero comentarios. Un abrazo.

Salva Gálvez

lunes, 8 de enero de 2018

Estoy perdido, ¿Qué hago?

Es posible que en un momento de nuestras vidas nos hayamos sentido perdidos. Cuando uno se siente perdido la voluntad parece anulada. Si uno supiera qué hacer, qué está bien, qué está mal, hacia donde ir... no se tendría esa sensación de no saber qué hacer con la propia vida, con la propia existencia. Sinceramente, en mi vida personal pasé por esa situación y se prolongó durante más de tres años. Todo surgió a partir de dos hechos fundamentales en mi vida, la adopción de mi hija y la pérdida de mi padre.

A veces la vida nos hace sentirnos "super héroes" cuando todo parece ir sobre ruedas y, cuando menos te lo esperas, zaaasssss, se produce un cambio que nos descoloca y que pone en jaque todas nuestras creencias, o al menos, las que creíamos más estables.

Soy un superviviente a una de esas dramáticas experiencias de vida, como tantos otros que las han transitado. Mi condición de coach, mi experiencia, formación e investigaciones me hacen tener una varita especial para abordar este tipo de situaciones. Yo diría que las premisas básicas son:

- Tomar conciencia de que "estoy perdido".
- Aceptar la incertidumbre.
- No tomar decisiones precipitadas dentro del conflicto mental en el que vivo.
- Tomar distancia del foco del conflicto, aunque sea de manera paulatina.
- Si se padece algún tipo de trastorno, no dejar de tomar la medicación junto a practicar mindfulness.
- Tener paciencia para que se vaya deshaciendo el nudo conflictual y aparezca la verdad.
- Solo tomar una nueva decisión si sale de lo profundo y no genera duda o conflicto.
- Apoyarse de personas que hayan pasado por situaciones similares.

Salvador Gálvez
whatsapp 639236962